La actividad del volcán de Cumbre Vieja está cambiando, por un lado, el relieve de la isla, deformando el suelo donde se encuentran las bocas y las fisuras. Según el director del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, la deformación acumulada de la superficie próxima a la zona de la erupción asciende ya a los 25 centímetros, un "dato que indica que va a seguir habiendo erupción", asegura.
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Tal y como explica a NIUS Pablo J. González, investigador en volcanología en el CSIC de La Laguna (Tenerife), la isla puede crecer en altura y también en extensión. "Muy probablemente se generará un nuevo cono piroclástico que puede alcanzar los 100 o 200 metros de altura, la zona baja, por donde transcurre la lava, se elevará unos pocos metros respecto al perfil actual", vaticina.